jueves, 19 de agosto de 2010

ELISENDA GARCIA MARTIN



ELISENDA GARCÍA MARTÍN

Los que habéis leído el Blog dedicado a dar a conocer una pequeña reseña de la figura de mi Padre, Gonzalo Murillo García, de todo cuanto atesoraba como Padre, como Educador, o como a él le gustaba llamarse Maestro y como Persona.

Hoy me propongo a tratar de presentar en este blog a mi Madre, también una gran Maestra y Madre Ejemplar e Inigualable.

He buscado por todos sitios, la autoría de la frase tan leída y aplicada en infinidad de ocasiones, más que nada llevado por la curiosidad, de tan rotunda y para mi esplendida expresión, pero tengo que terminar reconociendo, no se quien dijo esto: “ Detrás de un GRAN HOMBRE hay siempre, UNA GRAN MUJER “, y en el caso de mis padres, se confirma lo anteriormente expuesto, pero con una variante, la GRAN MUJER no estaba detrás, estaba al lado en paralelo y en comunión con todas sus vivencias.

Profesionalmente, se complementaban se ayudaban, se convertían en uno con dos sensibilidades distintas, ninguno perdía sus raíces, Gonzalo como extremeño, callado, austero en sus planteamientos, pero firme y seguro. Elisenda, no podía ocultar su impronta de andaluza y de andaluza choquera, con un ánimo alegre, dándole vueltas a todo, hasta encontrarle algo bueno, algo aprovechable de donde se pudiese sacar una lección.


Como pareja, no es que fuesen en paralelo, es que iban de la mano, cogidos o abrazados pero dando los pasos al mismo ritmo, y ese ritmo rodeaba de un halo que arrastraba, que hacía a los que estaban cerca sentirse atraídos, y seguros. Así bajo este esquema se puede ser MAESTROS, es más, yo diría que no hay más remedio que ser MAESTROS.


Elisenda y Gonzalo
Antes de continuar y para aquellos que no hayan tenido la oportunidad de leer la parte de mi Padre, aquí les dejo el enlace que les llevara a su blog, para que puedan leerlo, el enlace es: http://murillogarciam.blogspot.com/


Elisenda García Martín. Nació en Bonares (Huelva) el 15 de Noviembre de 1.907 Cursó sus estudios en Badajoz, con un brillante expediente, culminó su carrera de Magisterio, obteniendo dicho título a los 19 años (agosto 1927) lo que le impedía opositar al cuerpo Nacional de Magisterio, ya que la edad mínima requerida era de 23 años. Su trayectoria profesional la comienza rápidamente ya que en 1928 comienza a ejercer como Maestra Interina en la Escuela Graduada Aneja de Badajoz, permaneciendo en la misma, hasta 1930, que gana sin dificultad la oposición de Maestra Nacional, lo que le lleva a Trujillanos (Badajoz), donde toma posesión de su plaza, en mayo de 1931 y permanece hasta aprobar otra segunda oposición en 1935.

El ganar esta oposición le permite reintegrarse, pero ya definitivamente y con plaza en propiedad, nuevamente a la Escuela Aneja de Badajoz, en aquellos tiempos, situada en la calle Calatrava, en el edificio contiguo al Club Taurino de Badajoz. De ahí se trasladan en el 1936 al edificio de nueva construcción en la zona de la muralla conocida como “Los Pinos”, más tarde pasarán utilizar un edificio de la calle Menacho, junto a Capitanía, ya en los comienzos de los 50 a calle Abril, cerca de Castelar y posteriormente pasa definitivamente al lugar que ocupan en la actualidad, donde ella permanecerá, hasta su fallecimiento el 27 de Septiembre de 1.970.

Su expediente académico destacado, así como el comenzar a una edad temprana a impartir la docencia, hacen de ella una mujer con una alta formación técnica. A lo que se une una gran formación y arraigados principios religioso, todo ello hacen que destaque y le sea reconocida su valía, tanto por Estamentos superiores como por sus propias alumnas. Algo que destacaba en ella era la gran facilidad que tenía para enseñar la Gramática Española, la Geografía y la Historia asignaturas que dominaba a la perfección, pero a todas sus alumnas e incluso sus propias compañeras, le admiraba siempre esa facilidad que tenía para enseñar estas materias.

Durante su periodo de ejercicio, como Maestra Nacional, es galardonada en reiteradas ocasiones, por su valía profesional y su entrega a sus alumnas y el empeño que por las mismas ponía, tanto para conseguir una formación académica adecuada como para educar e inculcar a las mismas, una serie de valores, que muchas, llegada su edad de adulta, de Madres o en su trabajo han reconocido y aun lo siguen haciendo, tal vez por esa gran escala de valores que Doña Elisenda les inculcó.

Como profesora de Prácticas destaca también su gran labor como enseñante.

Por otro lado es de gran valía ser Maestra de este Centro, dado que era donde las futuras Maestras llevarían a cabo sus prácticas como tales, siendo estas Prácticas, una asignatura importante, dentro de su carrera.
Por Elisenda García Martín y al llevar esta el último grado de esta escuela, pasaron por ella, aprendieron y bebieron de su sabiduría y su gran capacidad como docente y educadora, las que posteriormente han sido grandes y destacadas Maestras.

Casada con Gonzalo Murillo García, otro ejemplar Maestro de Badajoz ampliamente valorado y galardonado con varias distinciones, cabe destacar la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, y que Badajoz y Trujillanos le tengan hoy puesto su nombre a sendas calles.

Fruto de este Matrimonio nacen Siete Hijos, María Isabel, José María, María Amparo, María Guadalupe, Alfredo, Manuel y María Elisenda.

Todo hace pensar que con este número de hijos y dada las circunstancias de la época, podría en parte desatender su labor como docente. Todo lo contrario, tras ser una Esposa y Madre Ejemplar, en la docencia su trayectoria es siempre ascendente, como así lo demuestran los distintos galardones y menciones especiales que a lo largo de su vida profesional le han ido otorgando, de los que cabe destacar:

En 1947 Segundo premio Provincial por la labor llevada a cabo en la dirección de la Mutualidad Escolar de Badajoz, concede el galardón Caja de Ahorros de Badajoz e Instituto Nacional de Previsión.


Sería interesante explicar brevemente en qué consistía esa Mutualidad pues fue algo ideado por Doña Amparo Martin Carrasco, siendo esta directora de la Normal, y que después continuo Elisenda García Martín y que era unas cartillas donde iban aportando las niñas, día a día, el dinero que podían, para al acabar el periodo escolar recuperar esos ahorros. Cada día al final de la jornada de trabajo, Elisenda hacia las anotaciones correspondientes a todas las niñas de cada curso, recogía el dinero y lo deposita en Instituto Nacional de Previsión quien a su vez lo depositaban en la Caja de Ahorro de Badajoz, creo que ese era el circuito, lo cierto es que se motivaba el ahorro y a su vez a las niñas les venía bien encontrarse ese dinero al terminar el ciclo escolar.


Elisenda, a la derecha y un grupo de Alumnas

En 1951 Primer premio Provincial por la dirección desempeñada en la Mutualidad Escolar, otorgada por el Instituto Nacional de Previsión.

1952 Medalla de Bronce Otorgada por la Comisión Nacional de Mutualidades y Costos Escolares de Previsión.

El tema de la Mutualidad Escolar de Badajoz, lógicamente lo llevaba independientemente de su labor puramente docente.

En 1965 El Ministerio de Educación Nacional y en su nombre el Director General de Enseñanza Primaria le otorga el Nombramiento de “Maestra Nacional Distinguida” por su eficiente y gran labor docente y educativa, según se hace constar en el correspondiente nombramiento.


Todo se ve cerrado con un gran broche de oro en el año 1966 ya que le es concedido, por el mismo conducto anterior, el Lazo de Isabel La Católica, nuevamente para resaltar su inmensa labor tanto docente como educativa.


Grupo de Profesoras y Alumnas, Elisenda segunda por la derecha

Elisenda era una mujer con un aplomo y una fe en ella misma impresionante, jamás se alteraba, e infundía una tranquilidad fuera de lo normal, aun cuando interiormente lo estuviera pasando mal. Sabía aparcar muy bien los problemas para centrarse en cada momento en lo que estaba haciendo, tenía una gran personalidad y siempre pensaba en positivo, sabiéndole sacar siempre el lado bueno a las cosas.

De todo esto podemos deducir que el matrimonio integrado por Elisenda García Martín y Gonzalo Murillo García, fueron dos personas que han dejado tras si una imborrable huella en el Magisterio Extremeño, han formado a tantas y tantas persona, que aun en la actualidad los que tenemos el Gran Honor de ser sus Hijos, no dejamos de recibir, muestra de cariño y agradecimiento hacia ambos. Hay que pensar que eran dos Maestros que adoraban y sentían su profesión, eran Maestros vocacionales y dado a que Elisenda estuvo en su profesión, durante cuarenta y tres años aun muriendo siete años antes de cumplir la edad de su jubilación y Gonzalo se mantuvo durante treinta y ocho años, imagínense la de alumnos que por ellos pasaron. Dos vidas dedicadas en alma y cuerpo al Magisterio, sin impedir en absoluto el rotundo éxito de su matrimonio y la total y absoluta entrega, sin ningún tipo de reserva a sus siete hijos, a los que dieron todo lo que tenían, que no era poco, y mas. Desde estas líneas y mirando hacia arriba, os envío un fuertísimo abrazo a ambos, dando gracias a Dios por el tremendo ejemplo que nos habéis dejado y que nos a servido para llenar de contenidos nuestras vidas.
Gracias Mama, gracias Papa, lo merecéis todo.


Manuel Murillo García